Y Con Ustedes...

Bueno, basta de poner estupidos poemas de poetas muertos, han pasado meses desde que no actualizo de manera decente, y no digo que vaya a comenzar, así que por que no hablamos un poco de lo que me incomoda personalmente, OK.


Bueno te comenzare como empezó la historia de una obsesión que tengo, claro si me conocieras verían que tengo nada de obsesivo, pero nadie cuenta eso.
ella (si siempre es una mujer), es hermosa, blanca como la leche y unos ojos penetrantes pero fríos que siempre me gustaron, tenia un aire estilo "estoy viendo al infinito y aun así te pongo atención", ya saben "actitud", bueno ella era lo mejor no sobrevaluado de mi vida; yo por otra parte era joven, si, esa es mi mayor ventaja de esa edad, no es que sea feo, ni simpático, ni antisocial, ni mis vocablos excedían la cantidad requerida en una conversación interesante, pero soy gracioso, (supongo).

ella salía de su primer descanso de la escuela, no tenia muchas amigas y casi nunca la veía platicando con alguien mas, es mas nunca la vi platicando y no se por que si era muy bonita, no tenia mucho chiste en platicas, pero no era una roca; bueno yo salía de mi salón, ella estaba recargada sobre una jardinera, esperando a que el aire la despertara , de una mañana un poco fría, si no mal lo recuerdo, tenia tristeza en los ojos, y yo como todo un quijote fui a alegrarle el día , bueno exactamente no paso eso pero fue algo así como:

cecilia: ******* (si, enserio no hablaba mucho)

muñequito de pastel: hola, de donde eres?

Cecilia: **** aaaa***** (es que bostezo)

muñequito de pastel: bueno, este... pues te quería decir, por que es de hombres decir la verdad, que tienes los ojos mas hermosos que he visto en toda mi vida... si... eso...

(Se puso roja y miro para el suelo)

cecilia: *****

muñequito de pastel: te gustaría... no se ir a desayunar conmigo... (Supón que los puntos son a causa de los nervios, ya que en verdad era bella)

cecilia: será para después...

en ese momento salio a paso veloz, y regreso a su salon; recuerdo que aquella vez me dije a mi mismo, mi mismo esa es.

Pasaron los dias y seguía pensando en ella, como si en verdad fuera la musa de mis ensoñaciones, supongo, que para mi eso era el amor...

La vida por fin paso,
todo se fue, se murió;
se acabo el suceso,
ya no buscare un final.

No encontrare voluntad
en sombras,
ya no encontrare el amor,
ni risas dichosas.

¡Que me lleve el catre!,
¡Que se me caiga la luna!
Espero que todos se diviertan
todos en mi insana fortuna

Quiero que rías como nunca,
que me veas pálido como muerto
y que te rías como nunca.

Espero.

Anhelo.

Frió el amanecer,
solo al anochecer,
cansado de lidiar;
brinco y exclamo dolor.

Cuidado hombre triste,
me dice el solitario,
cuidado hombre solo
que la vida se ríe de tus pasos,

Busco encontrar mi atardecer,
translucido y sagaz en las estrellas;
encontrándome flotando entre nubes,
pero nunca aferrarme a ellas

Cuidado solitario
me dice el hombre triste
porque al encontrarte en
las estrellas viste hacia abajo
viste el corazón de la gente.
Encontraste vació,
Chispas dudosas;
Fue como mirar en un espejo,
Reflejando nada más lo bueno
Y lo justo.

Feliz el solo,
Por que se encontró
Con el mismo.

Feliz el triste,
por que estuvo solo,
y no soporto su bienestar

La tristeza

Nunca has llorado sin llorar,
sentir el rodar de las lágrimas en tus mejillas,
esas gotas de una vida que se escapan.
Esas veces que pesan los ojos,
tan llenos de olvido,
y si no olvidado, ya no nostálgico,
esos truenos lejanos que marcan
los días grises de lluvia,
que te recuerdan los vacíos,
los días perdidos, días de lluvia.
Que te recuerdan no solo lo que has perdido,
Sino lo que no pudo pasar

Siempre el corazón lleno,
siempre lleno de esa soledad;
veneno, eso es y nada más,
no es que no quiera amar,
es que amo tan rápido,
y con la llama de pasión más grande.
Se quemo, no quedo;
Roto, vació dirán algunos,
malvado murmulla la gente.

Pero se sabe vació, sigue
sigue y sigue, llenando,
ahogando los ojos de
pesadas lagrimas,
de fantasías soperas,
atento al olor a perfume lejano,
aun más lejano hoy.

Pero las lágrimas me abarcan
me vuelven pesado
pero tan, tan pesado;
tanto que si te acostaras,
te mantendrías bocabajo,
pegado al colchón.

Supongo que eso es la depresión,
cuando las lagrimas lavan la sabana,
las ropas y el corazón.
Aunque el corazón,
es el ancla que te mantiene
en la cama.
pesado, de lágrimas y sal.

Pero raro es entonces,
esas lagrimas invisibles,
que se que pesan y me
acompañan a todos lados,
no las veo en mis dedos como gotas

Esas gotas que me salan los labios
y rompen el suelo al caer,
siempre ahí, balanceándose en mi.

A veces ya no saben a tristeza,
son compañeras del corazón,
aun que casa no les dejo,
así que corazón no tengo.

¿Será que lloran eso?

¿Extrañan mi corazón?

Lo digo y las siento de nuevo salir
pesados, y saladas;
como siempre.

Hay veces que extraño el corazón
sentirlo latir,
soñar, tener valentía.

Malditas lagrimas tan secas,
tan estupidas;
tan tristes.