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Saturday, January 07, 2006

La tristeza

Nunca has llorado sin llorar,
sentir el rodar de las lágrimas en tus mejillas,
esas gotas de una vida que se escapan.
Esas veces que pesan los ojos,
tan llenos de olvido,
y si no olvidado, ya no nostálgico,
esos truenos lejanos que marcan
los días grises de lluvia,
que te recuerdan los vacíos,
los días perdidos, días de lluvia.
Que te recuerdan no solo lo que has perdido,
Sino lo que no pudo pasar

Siempre el corazón lleno,
siempre lleno de esa soledad;
veneno, eso es y nada más,
no es que no quiera amar,
es que amo tan rápido,
y con la llama de pasión más grande.
Se quemo, no quedo;
Roto, vació dirán algunos,
malvado murmulla la gente.

Pero se sabe vació, sigue
sigue y sigue, llenando,
ahogando los ojos de
pesadas lagrimas,
de fantasías soperas,
atento al olor a perfume lejano,
aun más lejano hoy.

Pero las lágrimas me abarcan
me vuelven pesado
pero tan, tan pesado;
tanto que si te acostaras,
te mantendrías bocabajo,
pegado al colchón.

Supongo que eso es la depresión,
cuando las lagrimas lavan la sabana,
las ropas y el corazón.
Aunque el corazón,
es el ancla que te mantiene
en la cama.
pesado, de lágrimas y sal.

Pero raro es entonces,
esas lagrimas invisibles,
que se que pesan y me
acompañan a todos lados,
no las veo en mis dedos como gotas

Esas gotas que me salan los labios
y rompen el suelo al caer,
siempre ahí, balanceándose en mi.

A veces ya no saben a tristeza,
son compañeras del corazón,
aun que casa no les dejo,
así que corazón no tengo.

¿Será que lloran eso?

¿Extrañan mi corazón?

Lo digo y las siento de nuevo salir
pesados, y saladas;
como siempre.

Hay veces que extraño el corazón
sentirlo latir,
soñar, tener valentía.

Malditas lagrimas tan secas,
tan estupidas;
tan tristes.



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