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Saturday, June 16, 2007

M.

M. murio el martes que viene, se sento en medio de una flor y dejo de respirar, su ultima voluntad fue que le dejara ahi, le gustaba mucho la vista. zapatos, era lo unico, zapatos alrededor de la flor, y un poco de mermelada en el cielo. Dijo que la muerte despues de muerta le quedaba dentro de la cabeza de un gris azulado muy intenso; rojo carmeci, decia, lo que salia de la imagen al horizonte.
caminaba en su cementerio privado cada semana, solo por no estar quieta, pues el azul se le salia por los ojos, como lagrimas, pero mas pesadas, pero no dormidas, mas bien impavidas, o pequeñitas, o estaticas, pero azules.

M. sabia de la vida, y penso que las coronas de flores de su cabeza le servian excelente para su nuevo condominio, un olor a jabon y tal vez algo de miel salia de su cabeza; todo combinado para un desempeño en la tactica de pasar a la nada viviendo sin nadie, comiendo gusanos y alguna que otra polilla que pasaba, gelatinas de panza, hormigas de cenicero, calzados de hongos y pequeños gimpastistos que crecian en hongos junto a la flor plena y feliz.

jugaba con sus cabellos la mayor parte del tiempo, telarañas, hilos misticos dorados, ladrillo cacarizos, y olvidos recios. pero jamas dolor sintio, solo jaquecas. el camino sin metales, ni asfaltos, pies desnudos y amedrentados, vigilantes y visitantes al pedestal de la flor, que se veia crecer mas y mas, dentro de el tiempo de fresas y mangos. pasaban las almas a un lado.

M. murio un martes que viene, y su funeral fue un domingo del mañana, en un mes que fue robado.



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